Dentro de los materiales con los que podemos decorar o reformar una casa, el vidrio es uno de los más preciados, aunque también de los más caros.
Su estética, su limpieza de líneas, su versatilidad y el hecho de permitir el paso de la luz hacen de él un material perfecto para cualquier estilo.
No obstante, antes de seguir con las ideas para decorar con vidrio, queremos pararnos a explicar en qué se diferencian vidrio y cristal, así como en los tipos de vidrio que podemos encontrar.
Diferencia entre vidrio y cristal
El cristal como material se encuentra tal cual en la naturaleza y lleva óxido de plomo, lo que le aporta un brillo y sonido especial, característico de las copas de champán, por ejemplo.
El vidrio en cambio resulta de un proceso de fusión por calor de varios compuestos, principalmente arena de silicio, existiendo varios métodos de fabricación (moldeado, soplado, prensado…).
Normalmente solemos llamar “cristal” a lo que deberíamos llamar “vidrio”. Por ejemplo decimos «mesas de cristal» o «el cristal de las ventanas» cuando en realidad deberíamos denominarlas «mesas de vidrio» o «ventanas de vidrio». Es el vidrio lo que se usa en reformas y decoración, quedando el cristal relegado a vajillas y complementos decorativos muy concretos.
Además, y aunque como material no tiene nada que ver, tampoco hay que confundirlo con el metacrilato, que aunque de apariencia similar en cuanto a transparencia, en realidad es un derivado plástico.
Tipos de vidrio
Aunque existen muchos tipos, nos centraremos en los más habituales, que seguramente habrás oído por todas partes:
* El vidrio templado es un vidrio de seguridad que se usa para mamparas o separadores de espacios, por ejemplo. Es más grueso y caro que el normal, y tiende a resultar verdoso si se le mira en diagonal.
* El vidrio antirreflectante es el que posee un tratamiento antirreflejo en ambas caras haciendo que disminuya la reflexión de la luz. Es el que más se utiliza para proteger los cuadros.
* El vidrio laminado en realidad son dos vidrios simples unidos entre sí mediante una lámina plástica, lo que hace que si se rompe un lado no afecte al otro y por tanto no se desgaje. Además, la lámina central puede ser traslúcida u opaca, de todo tipo de colores y de múltiples materiales, consiguiendo efectos decorativos de lo más interesantes.
* Doble acristalamiento («tipo Climalit»). Es lo que usamos en ventanas para protegernos del clima. Está formado por dos o más lunas separadas entre sí por cámaras de aire que provocan ese efecto aislante, evitando además la condensación.
Decorar con vidrio
La versatilidad del vidrio hace que este material pueda usarse tanto en reformas como en decoración de interiores. En reformas se utiliza por ejemplo en mamparas (tanto para ducha como para separar espacios), en todo tipo de ventanas y puertas de paso o de armarios, en azulejos y lavabos para el baño, en escaleras y barandillas, en frentes de cocina, en cristaleras para exterior o para patios interiores y hasta en suelos, techos y chimeneas minimalistas.
Por su parte, en decoración de interiores encontramos el vidrio en todo tipo de mesas de centro o mesas de comedor, en escritorios para el estudio, en lámparas, en estanterías, en mesitas auxiliares y por supuesto, en todo tipo de complementos decorativos como portavelas, jarrones y vasitos.
Además, como ya hemos visto antes, los vidrios laminados nos permiten utilizarlo en todo tipo de colores y transparencias, llegando incluso a conseguir cristales opacos en múltiples tonos. También podemos serigrafiarlos e incluso darles un tratamiento especial para conseguir una transparencia total y evitar esa sensación verdosa al mirarlos de refilón.
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